miércoles, 31 de octubre de 2007

altanoche 31



altanoche en sydney

1
Hace un par de meses me encontré con Michelle Cahill en el Sappho Café para entregarle una cópia de altanoche donde aparecen publicados dos poemas de ella traducidos por un servidor. Cuando la preciiosa pequeña morena de Kenya miró la esbelta revista pegó un grito que sacudió el recinto; ‘WOW ths is a beautiful-fantastic-litlle zine yeah!’

2
Cuando Gilmar Muñoz (jazzista y escritor salvatrucho), mientras tomabamos unas Victoria Bitter en mi cobacha, revisaba el contenido de algunas cópias de altanoche que le mostré con una franca sonrisa en el rosto me dijo: ‘Pero oye man que bien que está esto, vergonuda revista..’

3
Maria Sendic (sobrina de Raúl Sendic, abuelo de los Tupaamaros) gran lectora y bebedora y fumadora va devorando página tras página de algunas altanoche, sirviéndose más vino tinto me dice: ‘Me gusta eeesto, negriiito, mucho-mucho-me-guuusta, siiiii…’. Enciende otro Downhill con la bacha del otro y continúa leyendo. Al llegar a That night at the Domain da un salto de su silla y grita; ‘Aquí salgo yoooo, aquí me pusistste túúú, mua-mua-mua!!!

Mario Licón Cabrera
Octubre 10/07

El Luiggi Longo


Mario Licón Cabrera

17/10/07

Es un día frío y grís.
Aunque el calendário diga
que acá – de éste lado del mundo
sea primavera.

El viento arrastra la hojarasca
de un lado a otro del patio. Es un viento
rasposo y seco y desde hace horas ya
que me tiene pensando en la muerte.

Además, desde ayer
he estado acariciando fríos cráneos
de yeso y de papel maché. Los saco al sol
para que sequen y estén listos
para la ofrenda que unos amigos y yo
erigiremos para todos ustedes.

Son tantos los muertos que llevamos
entre el corazón y la espalda -- solo yo
tengo más de una veintena –.
siendo tú el más reciente de ellos.

12/06/03

Nunca me pasó por la cabeza
que al despedirnos esa tarde de Juniio
nos abrazabamos por última vez.

Esa tarde – sin saberlo,
tú –il mio caro Luiggi Longo-- y yo
estábamos enterrando – en el corazón
y en la tierra un puñado de momnetos
compartidos junto al trago y la risotada
entre la constante añoranza
tuya port nuestro pueblo
y mis borrosas quimeras nómadas por una tierra
que nunca he tenido y tal vez nunca la tenga.

Nunca pensé que esa tarde de juniio
yo estaba dejando atrás y para siempre:
–tu inconfundible y requerida irónica risa—
tu negro humor y tus largas historias de peliculéscas aventuras.
Siempre con una mujer a la mano.
Siempre con la muerte pisándote los talons.
Siempre con la generosidad en la mano.
Sempre de visita con tus queridos muertos.

04/11/05

Temparano por la mañana el teléfono timbró,
era la gorda Martiza que me avisaba
que habías sufrido un derrame cerebral, que
estabas inconciente y no con muchas esperanzas
de recuperación.

Me senté a tomar café en la mesa del jardíín.
La mañana tenia una leve niebla azulosa.
Veía – como si fera por primera vez—la alta
montaña del Tepozteco y me parecía extraña y
lejana. Tan lejana como las montañs de Sonora y
Chihuahua. Sierras que tú recorriste
siendo muy joven, y mucho antes que nosotros.

Me parecía escuchar el eco de tu risa entre
los ladridos y el canto de los gallos y corridos
gruperos a todo volúmen. Los tepoztecos
adoran esa música que a tí tanot te gustaba.

Recordaba cuando ya bien enttada la noche
llegabs con tus grupos norteños y
en plena calle Zaragoza sentabas el barríl y le dabas
al bailongo junto al tololoche el acordeón y la redoba.
Los vecinos gozaban verte tan contento, tan
honestamente dado al trago y a la fiesta.

10/11/05

Ya de regreso en Sydney
recibo un correo del sobrino Carlos
donde me reprocha diciendo:
‘ Querido cabrón, no sabía que también
eras ciego del corazón…’.

La verdad que no tenía tiempo ni dinero y
tampoco a quién pedirle prestado par a ir
y pagrte una visita.
Aunque ya no pudieras reir, ni siquiera
contestar a un saludo de mano.

.../11/06

No recuerdo con presición el día
que en un correo una amiga
me hace llegar sus condolencias:
‘…lo siento por la muerte
de tu hermano Luis…’

Un año entero pasó sin que tú
volvieras a decir palabra ni abrir
tus ‘ojos de diablo’ como, a risas,
los describía nuestra madre.
Un año entero postrado, en silecio
jugándote la última carta con la muerte.
Hasta que ya no pudiste más
y en silenciio te diste. En silencio
te fuiste carissimo Luiggi Longo.

lunes, 22 de octubre de 2007

Otto René Castillo/Cuarenta años depués.


Mario Licón Cabrera

Viudo del mundo

Compañeros míos
yo cumplo mi papel
luchando
con lo mejor que tengo.
Que lastima que tuviera
vida tan pequeña,
para tragedia tan grande
y para tanto trabajo.

No me apena dejaros.
Con vosotros queda mi esperanza.

Sabéis,
me hubiera gustado
llegar hasta el final
de todos estos ajetreos
con vosotros,
en medio de jubilo
tan alto. Lo imagino
y no quisiera marcharme.
Pero lo se, oscuramente
me lo dice la sangre
con su tímida voz,
que muy pronto
quedare viudo del mundo.

No sé a ciencia cierta sí este poema lo escribió ORC estando preso, o sí lo ecribe en un momento de reflexión sobre su condición de infatigable guerrero en un país donde el ejercito y los mercenaries eran, y de alguna siguen siendo los perpetuadores del crímen y la injusticia. Lo que sí sé es que se trata de un poema premonitorio y que recuerda aquel poema de Roque Dalton donde diee ‘Cuando sepas que he muerto/no pronuncies mi nombre…’. Parece ser que los dos aguerridos poetas no guardaban muchas esperanzas de salir con vida de semejante enfrentamiento con la hiena de mil cabezas.

ORC empieza su activismo radical siendo un adolecente y a los 18 años sufre su primer destierre. Los gorilaslo fuerzan a exilarse en El Salvador, aquí entabla una amistad fértil con Roque Dalton, no sólo en la militancia radical sino también en su aventura poética. Conjuntamente escriben un poema que gana el Premio Centroamericano de Poesía de 1956.

Se dice –y con toda justicia— que ORC es, sino el poeta más leido, uno de los primeros entre ellos en latinoamerica y en los países europeos donde el guerillero poeta vivió sus exilios. Pero, quién lée a ORC? Más que nada los activistas politicos, más que nada los jóvenes activistas politicos radicals de Cénrro y Sddamerica.
ORC es, fundamental y concientemente un poeta politico, comprometido con la urgencia de crear un mundo justo, un mundo más allá de la persecusión, la tortura y los genocídios .

Pero es ésta urgencia política la que lleva a OTC a escribir una poesía que facilmente se vuelve idelogizante y monotemática. A diferencia de Roque Dalton y Ernesto Cardenal, que también escriben una poesía compromentida, pero con una gran dósis de humor, ironía, erotismo y cinismo. La poesía de ORC en cambio es muy solemne y corre el riesgo de aburrir.

"Otto René Castillo (1936-1967), poeta guerrillero capturado en la Sierra de las Minas con Nora Paiz, su amor, también combatiente, y quemados vivos el 17 de marzo de 1967, durante el gobierno de Méndez Montenegro. Vivió 31 años. Dio a su pueblo su canto y su vida. ¿Qué más puede dar un poeta?"

Luis Cardoza y Aragón

A veinte åños de Híkuri

miércoles, 17 de octubre de 2007

alforja 41


INDICE

Eunice Odio
Amaranta Caballero Prado
Patricia Cázares Macías
Jorge Chen Sham
Lil Picado
José Reyes González Flores
Peggy von Mayer Chaves
Carlos Manuel Villalobos
Poemas de Eunice Odio



Miscelánea

Otto-Raúl González, in memoriam
Aglae Margalli
Los poetas somos servidores del lenguaje poético. Una conversación con Félix Grande
María Baranda
Odia Ofeimun
Moisés Elías Fuentes
Memorias. Ernesto Cardenal en persona y palabra
Andrei Zorin
A la memoria de Dmitri Aleksandrovich Prígov

Poemas de

Mario Licón Cabrera
Félix Grande
Odia Ffeimun
Jorge Boccanera
Milton Medellín Álvarez
Carlos Macías Esparza
Juan Cervera Sanchís
Neftalí Coria
Mario Calderón
Marcos García Caballero
Rocío González
María Baranda
Citlali Guerrero
Claudia Hernández de Valle-Arizpe
Dmitri Aleksandrovich Prígov

Artes Plásticas

José Ángel Leyva/
La pintura: fuga y refugio. Conversación con Marcos Límenes
Crítica de la poesía y de los poetas
Cecilia Romana
El trueno: concebidos varón y poesía. Presencia de Nag Hammadi en La eternidad más breve, de Jorge Esquinca

Reseñs

José Vicente Anaya sobre Otto-Raúl González
José Luis Domínguez sobre Jesús Gardea
Rocío González sobre Eduardo Mosches

sábado, 6 de octubre de 2007

UN BERNAL


THIS PAINTING WILL BE EXHIBITED 11 - 14 OCTOBER AT BRIDGE ART IN LONDON AT THE VOLAKIS GALLERY SHOWSPACE;

miércoles, 3 de octubre de 2007

Un día de invierno

Olavo Jurier
Esta mañana cuando la luz era poca, y todo era como un sueño ambicioso. La vigilia, tu cuerpo voluptuoso, esa posición de cuadros donde te había marcado; o la de ovillo, inofensiva extensión del descanso a estas horas de la mañana. Cuando la oscura claridad del amanecer era un cielo incierto por el hielo y la humedad, y las tinieblas allá desapareciendo. Porque ahora una bocanada azul es el desamparo de los callejones, un fantasma en los escombros de la noche. Y por donde esas inquietudes menos logradas fueron pesadillas, por la frialdad con que los ruidos del día lo tratan. Esas maquinas del futuro e insistencia de anunciador sin paz que sus motores traen con el despertar.
Ya que el día, y no habiendo forma de quedarse esperando, pues los ánimos son otra vez esa inquietud sicalíptica, esa actitud morbosa de los tactos encabritando los sentidos; digo los míos que ya andaban trepados por tu espalda. Pero no hay más oportunidad. No para ajustarme a las riendas sueltas de la noche anterior. Porque no soy capaz de despertarte otra vez. Lo intente temprano, y fueron los torpes rechazos del cansancio los que te hicieron ver desenredada, sin abstinencias.
Busco, entonces, afuera. Por esa ventana que apenas llega a los parajes del fondo, no como hace unos días atrás, pues todo se ha reducido a un suspiro inquebrantable. A una estación de pinos rendidos en las sombras de blancos avatares, los confines del invierno donde ahora pertenezco. El pasado se lo debo a una trampa del arrepentimiento - si es que algún día aparece. Mas por ahora, aquí, tú dormida como un querubín de profundos sueños, cuando eras mi mejor labor en esas altas horas; mi única condición de fuga abismal a las paradojas de la soledad. Mi circunstancia mejor, si fuera a abundar incontenible en una razón por las que siempre procuro nunca fallecer, y súper latir superlativo.
Ahora que me sumerjo y nado en las aguas de esta nube, como un pez buscando no se que orilla viniendo de lo hondo de lo inmerso, o de las rayas de gotas gordas y copiosas, salgo. Afuera, me sacudo y restriego como un anfibio pisando tierra firme. Tomo la toalla y el baño flota en emanaciones de alucine. Y cuando por el espejo trato de ver el rostro conocido, el mismo sujeto encaprichado con la ceguedad de verse a si mismo, sin cambiar en lo más mínimo su pose de aficionado: aparecen algunas ramas en los helechos de pelos alborotados, las escamas de la espalda, la firme cresta de moluscos separada, la falsa agalla palpitando ya sin aire. Y la verdad es que no quería perder, ni sacarme esos olores de los poros. Esos que quedaron impregnados de esencia por el calor de tu respiración, los que son un vaho de ti. Humores dados a multiplicarse con el sudor, y a expandirse por la cama cuando mas abierta al gozo te apretabas. Con una mezcla de olores concentrado por los sabores de tu boca, de tu cuerpo, de tu sexo consentido y excitado.
Pero cuando me vi al espejo sin ánimo para afeitar, solo con la mano por la cara, como quien de repente pretende adivinarlo todo en un segundo, salto a tu isla. Y allí estas tu otra vez; dormida, repitiendo un mantra de zetas que te hace ver pálida y quieta. Seguro que en tus sueños andarás desnuda, porque buscas cobijo, y te vuelves a enrollar. Y yo, sin saber que en realidad eras un apodo de la noche – pues tu nombre fue cortesía de ella misma – busco por el único recurso que me queda, porque ya todo se ha dicho discretamente: el azar únicamente importará, y siéntete ganador de alguna manera. No hay secretos, no para mi, lo se; ya conocí tu suerte y juega leal. Pero por si acaso, te dejo una nota con mi número de teléfono… y llama cuando quieras.
Ahora, voy con ruta a la rutina. Mi trabajo es como cualquier otro: un trabajo, un horario de la repetición. ¡Pero, cuida de no correr! porque te puedes deslizar y romper la cabeza. No, con tanto hielo encima y suelo de vidrio. Caminar a pasos seguros, de hierro es lo mas cierto, con firmeza al suelo. Pero se me pega el camino a los zapatos, a sabiendas de que se hace tarde, y aquí todos son puntuales. Los buses no esperan porque se les hace tarde, todo es un andar de tiempo exacto. Ya los veo desde aquí, llegan todos a tomar el mismo bus, la misma ruta a la ciudad. Les hago señas de espera, pero nadie mira, todo es muy opaco o blanco para buscar saludos a lo lejos.
Todavía me queda media cuadra, y mis piernas no avanzan ni un centímetro. Ya subió el último de los pasajeros, se cerró la puerta, el motorista acelera y no ve que intento llegar. Que me he quedado atrapado en un raspado de invierno, que me hundo profundo en la nieve. En una cellisca polar que cubre mi cintura, mis hombros, mi cabeza. Que les vuelvo a gritar y mi mano a agitar: ¡Esperen, esperen por mí!
Como te decía, la poca claridad es ya esta luz opaca, de un color papel en blanco. La nieve alcanzó sus mejores cumbres, y se necesitara más de un pala para abrirse paso. Saltar como conejos, y atisbar en la distancia como los alces. Si, hubiera preferido quedarme en casa imaginando leñas en la chimenea, cama de sabanas gruesas, y el olor a café. Ver los copos gruesos cayendo tras la ventana, doblando los pinos por tanto peso, todo como una incomprendida canción de navidad cuando niño.

martes, 2 de octubre de 2007

Preámbulo Bernalesco

Las bloguerias regresan de las cenizas de la pasión consumida. Tengo algunos comentarios para el Balthusiano Klossowski y para doña Leonora Carrington, ahi te las comunico cuando haya tiempo.
Mi anterior agente, el hijo de Wayne Thiebaud era fanático aficionado del tal Balthus. La placa de su coche decia Balthus. Yo le daba carrilla diciéndole que no era un child molester don Balthazar, sino un tio que se quedó prendido de la preadolescencia. Todas esas referencias a Wurthering Heights, Cathy, Heathchlift y demás paraisos de la irresponsabilidad. La última entrevista que leí del gran pícaro, cuando estaba casado con la japonesa de su corazón era muy similar a la del gran perdedor (como buen mexicano sin serlo) Felipe Alfau. Decia pestes de Breton -de quien era fácil decir pestes- y decia mas y mas mentiras (algunas ni siquiera piadosas) El rucailín ni era conde ni duque ni su madre que lo parió, pero le gustaba crearse mitos y pitos alrededor de su persona. No es que sea algo novedoso, pero como que al final el mito y el rito se le medio confundian. Gran pintor, dijéramos, que ignoró el dibujo y privilegió la composición. Seguidor del Massaaccio y del Rafhaelo de Urbino, dicen algunos detractores. Completamente indiferente a las corrientes de la moda, sintetizador y abstraccionista.

La Leonora, gran belleza en su juventud, alla cuando amarraban a los perros con longaniza, se metió por el camino de la pintura onírica, pero aunque le puso ganas, jamás le llegó la inglesaa la profundidad y el casi preciosismo de la catalana Remedios Varo, ambas mexicanas por adopción, tal vez porque descubrieron que si México no existiera habria que inventarlo. Mo amigocho el Canguro Georgie Boy Kalmar dice que su padre era amigo de Remedios Varo y de su esposo y que hasta hicieron negocios juntos. Véte tú a saber que tenebrosas y siniestras tranzas se aventaban los angelitos.

Doña Leonora nunca aprendió a pintar, pero eso ni a quién le vaya o le venga, porque cuando Frida murió, ya estaba por aprender a mezclar los colores, je je. Pero eso ni quien lo mencione, porque también el intenso y bello (del alma, no me malinterpretes) Vincent van Gogh, ya casi casi lograba poner esos amarillos sin ensuciarlos sobre esos verdes y esos azules ultramarinos. Y si te pones a pensar, cuando los expresionistas, salidos de su sabia solución, embarraban los colores directos del tubo con espátula, era para no tener que resolver esa transición de tono a tono en los matices luminosos. Se les ensuciaban, eso que ni qué, pero eso realzaba el pathos (y los patos y los pollos y los conejos, y lo que vos querás) y hacian del romanticismo tardio una tarde romántica. El gran tocayo Kokoshcka sí que sabia que la composición en espiral le daba a los colores el efecto que Max Beckmann no pudo lograr, por lo cual se fue por el lado de la temática. Y dice el Nathan Oliveira -mejor pintor que todos los antesdichos- que Max Beckman fue su maestro y su inspiración cuando estuvo en el Area de la Bahia de maestro visitante. Yo también estoy de maestro visitante, pero ni quién me visite, je je. mejor sólo que mal acompañado y mientras menos burros mas olotes.

Todo esto te lo desarrollo en otro rollo, ahora nomás un preámbulo del criticón sin medida.

Bernal el descabezador de títeres
(no deja títere sin cabeza ni botella con cerveza)
(ni gota de tinto ni de vodka ni de tequila)

fuerte aabrazo

lunes, 1 de octubre de 2007

LEONORA A SUS NOVENTA



La pintora, escultora y escritora surrealista inglesa Leonora Carrington sigue dándole vuelo a su imaginación a sus noventa años cumpliditos. Recientemene inaguró una exposici´øn de esculuras de varios formatos y materiales en la ciudad de México, donde radica desde que llegó, allá a finales de los cuarenta. Uno de los esposos de Leonara fue el pintor surreallista Max Ernest y otro fue el poeta, periodista y bohémio mexicano Renato Leduc.
El retrato es de mi amiga de Tepostlán: Lucero Gonzáles.

BALTHUS



La obra de Balthazar Klossowski (1908-2001), alias Balthus, nacido en París de origen germano-polaco y consederado el maestro del erotismo (aunque él negó esto) y del retrato cuyas obras engrosan las colecciones de renombrados museos de Nueva York, Londres y París, se exibe por primera vez en Alemania (parece mentira!).

Balthus fue de los pocos pintores que Picasso respetó en los tiempos en que todos los pintores en París querían ser cubistas.
Balthus casi siempre trabajó con modelos menores de edad y de ellas fue Thérèse Blanchard la modelo favorita (imagen).
Balthus fue hermano de uno de los más grandes exponentes del erotismo en la literatura: Pierre klossowsky.
Balthus fue bautizado así por el gran poeta alemán Rainer María Rilke quien fue amante de la madre del pintor.
Balthus ralizó algunas escenografías para el dramaturgo, actor, guionista de cine, ensayista, visionario y poeta sureallista Antonin Artaud.