domingo, 27 de julio de 2008

GATE 22

Mario Licón Cabrera

Abre
baja la mirada
cierra
deja caer cualquier nombre como si
fuera tirar una piedra en el agua
grita y verás que no
hay nadie que abra
inténtalo una y otra vez pero
jamás vendrá quien ahí vivió

Foto: M.L.C.

jueves, 24 de julio de 2008

LA VELA Y LA FLOR

Mario Licón Cabrera

El silencio une
en callado diálogo
objetos o naturalezas
a punto de caer 'muertas'

En silencio
una a uno o más
buscan su verdaddro sitio o
--como piezas móviles--
una mano las desplaza sobre
el efímero tablero de la vida

En silencio se unen y en silencio
nuestros ojos miran
esa inevitable separación...

Foto: M.L.C.

miércoles, 16 de julio de 2008

Altanoche Número 34



Otro número de altanoche.
Porque no queremos ser de los rezagaditos.
Porque nos gusta ganar a la ruleta.
Porque no nos gusta sentirnos acorralados.
Porque queremos sentirnos (más) vivarachos.
Porque nos aburre tanta imbecilidad.
Porque nos gusta lo fogoso, lo indomable.
Por necios, por mentecatos…
Aquí van unas páginas de rechupete.

Escriben:
Francisco Luna, José Abril, Enrique Blanc, Manuel Llanes, Alejandro Ramírez, Javier Ramírez Limón, Magdalena Frías, Oscar David López, Ignacio Mondaca, Liliana Chávez, Raffaella Fontanot, John Pluecker, Abril Castro, Armando Alanís Pulido, Juan Carlos Recinos, Julio César Félix, Carlos Sánchez, Javier González Cárdenas, Jesús Marín, Josefa Isabel Rojas, Mario Licón Cabrera , Miriam García, Sylvia Arvizu.

Diseño editorial: León Coyote

Nuevo formato. Nuevos colaboradores. 50 páginas. Más color (ido). Más.
De venta en
Librería Milenio 2000
Librería del hotel San Alberto

martes, 15 de julio de 2008

Regalo de Cumpleaños



Esto es lo que mis amigos me regalaron para mi cumpleañons número 59: un formidable concierto de chello-a-solas! Bueno también hubo huapngos y corridos y chilaquiles y unno que otro insulto por eso de la falta de botellas de tequila Hornitos, que aquí es imposible conseguir, a menos que la embajada de 'mi' país se appique, pero últimamente me han dado el espalarazo por el lado de los caprichos 'vanamente patrioteros'....

viernes, 4 de julio de 2008

Buenos días Teresa


Mario Licón Cabrera


Buenos días Teresa:
hace tiempo escribí que
la mejor hora para leer poesía es
la madrugada.
Ahora es ya un poquito tarde
(7. 50 de la mañana de un sábado grís
pero con con cantos y ladridos y aullidos de
pájaros perros y ambulancias) ahora, te decía,
es un poquito tarde y por primera vez te leo y
al leerte siento más el peso y el paso
de mis huesos y de la vida.

(Sin embargo, estos días me he propuesto
-aunque presiento que sea un poco tarde-
buscarle rastro y rostro a la esperanza).




POEMAs
Teresa Wilms Montt (Viña del mar 1893, París 1921)


IX

Los dioses, revestidos de sus túnicas olímpicas, han venido a
visitarme. Todos conservan su majestad, todos menos el Amor, que
se entretiene en hacer piruetas a la luz de la lámpara y en amenazar
con sus flechas a una japonesa de papier maché, que marca una mancha
oscura sobre el lecho.
El latido de las sombras es tan suave, como el aleteo de una
Mariposa ensoñada sobre la flor.

(de Inquietudes Sentimentales, 1917)

***

XXXI

Los sombreros me causan la sensación de cabezas cortadas y
momificadas, y aquellos de los cuales cuelgan bridas de colores, se me
antojan cabezas arrancadas por mano brutal, donde ha quedado
adherida una vena sanguinolienta.
Nunca puedo ver un par de guantes sin imaginar que son piel
de manos disecadas y, en aquellos de color amarillo, encuentro algo
repugnante de lo que empieza a pudrirse.
Detesto las prendas de vestir olvidadas sobre la cama; hay
entre ellos y los muertos mucha analogía.
Vi una vez en un asilo a una loca muerta; y era lo mismo que
ver a un trapo violáceo tirado dentro de ataud!

(Otros cielos, otras prisiones, 1917-1918)

***

París 1921

Me siento mal físicamente. Nunca he tributado a mi cuerpo el
honor de tomar su vida en serio, por consiguiente no he de lamentar
el que ella me abandone.
Vida, sonriendo de tu tristeza me duermo y de tus celos de
madre adoptiva. En tus ojos profundos he rebrillado inconfundible la
iniciación de mi ser astral.
Sólo una vez más se filtrará mi espíritu por tus alambiques de
Arcilla.
Vida, fuiste regia, en el rudo hueco de tu seno me abrigaste
como al mar y, como a él tempestades me diste y belleza.

(Peregrinaje y finitud, 1918- 1921)