viernes, 16 de octubre de 2009

La montaña y tu cuerpo


Para Murielle

Detrás del crujir de la puerta
una risa
de sólo ojos Un cuerpo
que suave cambia
de sitio Manos que vuelan

Constelación de susurros en maraña
sobre rojos cabellos Una risa
de cuerpo entero llena la estancia
de un color-olor de luz

***
El reloj de sol
parte
la montaña en dos

Hoguera de cobres rocas danza
de espejos remanentes
otoño de fuegos oblícuos
sin desnudos visitantes ni palomas
mensajeras

Paisaje que se aleja
en invisibles tranvías de férvidos
rumores

***
El mar en el cielo el viento
protegido por las sombras avanza
entre ladridos

Un mar de nubes detenido en el tiempo

El ciruelo desnudo es un dragón
que araña el mar que araña el cielo

El viento atizba
la sombra ladra la sombra nunca
ha sido luz
El cielo
Escupe aúlla vocifera

El viento es un río de manos invisibles

Entre la sombra la luz
es tan sólo un recuerdo mañana
el dragón será un palomar solar
y el mar
tan sólo el cielo


***
El día enciende el silencio
los grillos

ocultan su voz

entre los címbalos


El espejo de sol refleja
tus ojos

el cielo

tu corazón verde


El musgo vierte destellos
de tu boca

roja


***
Tu rostro
en la penumbra
sus ojos va dejando

Como dos blancas serpientes
tus brazos
buscan
la última línea de sol

En un horizonte que se extingue
el verde
desaparece
sólo
el milenario contorno de la montaña
permanece

***
Las aguas del río
parecían haberse detenido
para siempre

Al llegar a la orilla
nos dejamos caer sobre el pasto
húmedo Tu seguiste rodando
hasta quebrar el cielo en el espejo

En el fondo
tus manos son ramas musgo tus piernas
piedras las estrellas una nube tu cabeza
esfuma

***
Camino de piedra
ventana de hierro
máscara con un sólo diente

El farol observa
el musgo sueña
el relámpago rasga el cielo

El cielo se derrama
la máscara lanza un grito
el coyote huye
la lluvia avanza
borra el camino borra la luz

***
Esta noche tu cuerpo
llega con el canto de los grillos
y el estallido de toritos vírgenes y castillos

Esta noche la tierra gira
como a la inversa y el cráter se aviva
en gritos y delirios de campanas

Esta noche tu cuerpo detiene al tiempo


De La reverberación de la ceniza
Mario Licón Cabrera
Mora&Cantúa editores, México 2005
Imagen: M.L.C.