viernes, 4 de julio de 2008

Buenos días Teresa


Mario Licón Cabrera


Buenos días Teresa:
hace tiempo escribí que
la mejor hora para leer poesía es
la madrugada.
Ahora es ya un poquito tarde
(7. 50 de la mañana de un sábado grís
pero con con cantos y ladridos y aullidos de
pájaros perros y ambulancias) ahora, te decía,
es un poquito tarde y por primera vez te leo y
al leerte siento más el peso y el paso
de mis huesos y de la vida.

(Sin embargo, estos días me he propuesto
-aunque presiento que sea un poco tarde-
buscarle rastro y rostro a la esperanza).




POEMAs
Teresa Wilms Montt (Viña del mar 1893, París 1921)


IX

Los dioses, revestidos de sus túnicas olímpicas, han venido a
visitarme. Todos conservan su majestad, todos menos el Amor, que
se entretiene en hacer piruetas a la luz de la lámpara y en amenazar
con sus flechas a una japonesa de papier maché, que marca una mancha
oscura sobre el lecho.
El latido de las sombras es tan suave, como el aleteo de una
Mariposa ensoñada sobre la flor.

(de Inquietudes Sentimentales, 1917)

***

XXXI

Los sombreros me causan la sensación de cabezas cortadas y
momificadas, y aquellos de los cuales cuelgan bridas de colores, se me
antojan cabezas arrancadas por mano brutal, donde ha quedado
adherida una vena sanguinolienta.
Nunca puedo ver un par de guantes sin imaginar que son piel
de manos disecadas y, en aquellos de color amarillo, encuentro algo
repugnante de lo que empieza a pudrirse.
Detesto las prendas de vestir olvidadas sobre la cama; hay
entre ellos y los muertos mucha analogía.
Vi una vez en un asilo a una loca muerta; y era lo mismo que
ver a un trapo violáceo tirado dentro de ataud!

(Otros cielos, otras prisiones, 1917-1918)

***

París 1921

Me siento mal físicamente. Nunca he tributado a mi cuerpo el
honor de tomar su vida en serio, por consiguiente no he de lamentar
el que ella me abandone.
Vida, sonriendo de tu tristeza me duermo y de tus celos de
madre adoptiva. En tus ojos profundos he rebrillado inconfundible la
iniciación de mi ser astral.
Sólo una vez más se filtrará mi espíritu por tus alambiques de
Arcilla.
Vida, fuiste regia, en el rudo hueco de tu seno me abrigaste
como al mar y, como a él tempestades me diste y belleza.

(Peregrinaje y finitud, 1918- 1921)

1 comentario:

Mario Licón Cabrera dijo...

Bien
aventura
do seas voz
palbito que te das al pis
sin pensrlo ni mucho
y sin recato ni rescate

Bienaventu seas rado palbopis
que sabes a cierta ciencia donde
está cómo se llama y quié es
la-rea-li-dad, joder, coño,
que sabueso tan sabio y
que tamaño hueso que te lames
pis-ado palbo