viernes, 1 de mayo de 2009

YAYOI KUSAMA


Desde finales de Febrero del año en curso, Karina me venía prometiendo ir juntos a ver Mirrored Years*, una retrospectiva de Yayoi Kusama. Pacientemente yo esparaba a que llegara el día, no porque no supiera cómo llegar al MCA, sino porque me agrada ir a las expocisiones acompañado de Karina –sabe mucho de muchos artistas antiguos y contemporáneos , y además es dueña de una mirada muy abierta y una mente muy crítica-. Finalmente el 30 de Abril, una mañana lluviosa, oscura y fría, caminabamos bajo un paraguas rumbo al museo situado a un lado de los viejos muelles de Sydney.

No obstante que la exposición se abrió al público hace dos meses, la tercera planta del museo con todas sus salas (las más grandes del MCA) estaba bastante llena: gente caminando entre pequeños totems, espejos-ojo-de-pescado, esferas plateadas, densas nubes de tela, serigrafías, pinturas, videos y demás ambientes. Kusama no dejó libre un sólo rincón, un sólo corredor: incluso una porción del techo del museo está usasdo como extension, más alla de los ventanales, a la instalación ‘Orpheus’ garden’, que son pequeños espejos esféricos de metal inoxidable que multiplican al infinito la curiosidad de los espectadores .

Podría decir –sin lugar a equivocarme- que Mirrored Years es un vasto fragmento de un universo creado (a fuerza de obsesionado y contínuo trabajo) a lo largo de más de tres décadas por Yayio Kusama. Y digo universo porque todo lo que crea -ésta ya legendaria- artista japonesa: sean telas, esculturas blandas, objetos, collages, dibujos está , casi en su totalidad, ‘decorado’ con puntos, círculos o esferas de diferents tamaños que simulan planetas monocrómos o brilliants estrellas que giran en torno a su único centro: las obsesiones –producto de las alucinaciones- de la artista nacida hace ochenta años en Matsumoto.

Después de una intensa y productive temporada de 17 años en Nueva York, en 1973 Yayio Kusama regresa a su país natal por cuestiones de mala salud. Se interna en un hospital siquiátrico –donde vive hasta la fecha, por voluntad propia-, y trabaja (como loca, en el buen sentido de la palabra) en su estudio establecido a un lado del hospital, aunque gran parte de su obra es realizada in situ, como la instalación Black Room, una amplia habitación amueblada iluminada con luz negra y replete de pequeños círculos que simulan estrellas esparcidas por techo, paredes, pisos y muebles y sobre algunos espectadores espontáneos.


Mario Licón Cabrera

*Mirrored Years
Museum of Contemporary Art
Sydney, Australia
24 February – 8 June 2009

© Portrait: Yayoi Kusama

5 comentarios:

jose fá dijo...

Hola, Mario afortunado.
Fui y la busqué; encontré muchas imágenes de la obra de Yayoi Kusama (imágenes de ella también -su obra, cómo no).

Arte perturbador (como debe ser, tienes razón)

Un abrazo.

Y todos los que sean necesarios para cruzar los mares

Mario Licón Cabrera dijo...

Así es, Jose-fita, tienes sus agallas esa mujerona...todo un trip...llegaron bien claritos los abrazos...ya los retaché....salud

elmario

Pina dijo...

y qué tal este abrazo sin Benedetti ya.

abrazos,

isabel dijo...

que abrazo si mario no aprecia don mario!

Mario Licón Cabrera dijo...

Pinísima, tiene razón la chabela -quien es muy uruguacha- no me gusta la poesía de mi tocayo, ni la Neruda tampoco, pero creo que todos tenemos el dercho de manifestar nuestros y gustos y aversiones. Me gustan -y mucho- Vallejo, Gelman, Montejo, Hierro, Valente, por citar sólo algunos -y muchas poetas también, cómo la Jose-fá Isabel Rojas, Elsa Cross, Sylvia Plath, etc-

Un abrazo fuerte y cariñoso para tí y para Bruno.

elmarioagripas