martes, 30 de junio de 2009

JUEGO DE CARTAS

Como que es un común denominador de la indecisión. Se le habia advertido a Zelaya que le estaban preparando un golpe de estado y sin embargo el presidente de Honduras fue sorprendido en su ropa de dormir y echado a Costa Rica, ni el cepillo de dientes tuvo tiempo de empacar. Asi también se le habia advertido a la República Española de las intenciones de Mola, Franco y demás golpistas y no se hizo nada mas que enviar a Franco a donde no debian haberlo hecho. Y Allende supo de Pinochito pinochet y comete el mismo error, enviarlo a donde pudiese hacerse de cómplices y dinero y armas. Robespierre no fue indeciso, dijo: para que viva Francia Luis tiene que morir, firmando así la sentencia de muerte del rey al que habia que tumbarle la cabeza. Rápido y fácil, como se ejecutó también a la familia de los Romanov en Rusia.

Raymond Carver escribe una de sus últimas historias que se sale no sólo de lo que le era común, el alcoholismo, la clase obrera y media baja, con sus vidas cotidianas de mediocridad rescatada. Humanizar el fracaso fue casi siempre el centro de su temática y esto escrito con una brevedad que evita adornos. Esta historia, Errands, que trata de los últimos años de vida de Anton Chekhov y de los últimos dias en el hotel en el balneario de Badenweiler "in the western area of the Black Forest, not far from Basel" "In June, 1904, Chekhov went there to die"
Parece ser que Carver estaba cambiando su estilo minimalista y empezaba a escribir mas laboriosamente historias mas largas. Pero este cuento sobre la muerte de Chekhov, es totalmente diferente de sus otras historias.
Chekhov está en el hotel con su esposa la actriz Olga Knipper "She was talented, pretty, and almost ten years younger than the playwright. Chekhov had been immmediately attracted to her, but was slow to act on his feelings. As always, he preferred a flirtation to marriage"
Lo curioso del caso de Chekhov es su negativa a aceptar la gravedad y lo avanzado de su enfermedad. La tuberculosis estaba ya en su última etapa y él escribia a su madre diciéndole de su pronta recuperación. No fue sino minutos antes de su muerte, cuando el doctor Shwöherer va a ordenar que le traigan un tanque de oxígeno, que Chekhov dice "What's the use? Before it arrives I'll be a corpse" El doctor ordena que le traigan champán, el mejor del hotel, y tres vasos. Después de que Chekhov, Olga y el doctor beben el champán, Chekhov se vuelve de lado y a los pocos minutos muere.
"There was only beauty, peace, and the grandeur of death" escribió la viuda después.

Chekhov fue una de las principales influencias en la escritura de Carver; asi se explica que éste se haya ocupado de contar los últimos dias de la vida de Chekhov. Y Carver hace resaltar esta negativa constante de Chekhov a reconocer que está muriendo. Pero lo sabia -dice- porque siendo médico, el ruso estaba conciente de lo avanzado de su enfermedad. Carver enfoca la historia en la segunda mitad del cuento a la figura del botones del hotel al que Olga, la viuda encarga que discretamente traiga al encargado de las pompas fúnebres aunque el nombre del muchacho no se menciona, como sí se menciona el del doctor, que por este sólo hecho su nombre quedó en la historia "An honor, Dr. Shwöherer said. He picked up his bag and left the room and, for that matter, history"

Para que el héroe viva tiene que morir y con él pasan a la historia los nombres de quienes de alguna manera pasaron por su vida. La inmortalidad llega con la muerte, para que viva el mito, el olvido y la memoria traicionada. Los demás hacemos mutis entre las multitudes de muertes anónimas que del polvo pasan al polvo con el sinsentido de la existencia humana. Ya lo dijo el Eclesiastés y es el tema central del Gilgamés. ¿de dónde venimos, qué somos, a dónde vamos?

Bernal el del cuento corto (házmela buena)

A mi regreso de México en agosto del 2003, después de lo que yo llamo "una larga temporada en el infierno" -debido a razones que sería muy largo de contar (una de ellas, la falta de lectura)-. A mi regreso me sumíhundí en las muchas páginas de Night falls fast de Kate Redfield que es nada menos que una recopilación -brillane, amorosa y dolorosa- de las cartas-notas de suicidas desde todos los tiempos, es la priemra "antología" en este género.

Pero sobre todo fue la lectura de las coleciones de cuentos where I'm calling from y what we talk about when we talk about love y sobre todo ese magistral relato Errand, que pertenece al primer título y del que usted mi buen compay Bernal, dice cosas tan ciertas. Tal vez sea Errand un acercamiento a lo que hubiera sido la priemra novela -por eso de los datos históricos, tratamiento y tal- de Raymond Carver -género que intentó, según él, varias veces y siempre sin satisfacción. También leí muchos de sus poemas pero -como en caso de bolaño- prefiero sus relatos -también como en el caso de Cortázar, cuya poesía nunca me enganchó-.

Antes había leído unos cuantos textos de Carver y visto Short-Cuts de don Roberto Alltman, director del que me gusta -créo- todo lo que he visto de él sobre todo Thiefs like us.

En ese tiempo -2003- también releí Croussing Paradise esa colección de relatos que Sam Sheppard el de Paris-Texas, escribiera a lo largo de veinte años, así, de una manera sosegada, bueno, esto es un decir, porque Federico Campbell el de Tijuanenses, refiriéndose a la obra narrativa de Carver y Sheppard, subraya la ausencia -sombría y melancóllica- del padre.

Los cuentos de Sam Sheppard -muchos de ellos- en esta colección- fueron escritos en su casa de San Carlos (allá cercquita de la barca de Guaymas y otras memorables playas y cantinas) y la mayoría de estos relatos tienen un nostálgico sabor a tierra seca y mojada, gallos de pelea y otros paisajes mexicanos sin llegar al folclor ni a la exageración. El libro fue publicado en 1997.

Un abrazo y salud.
elmariochejovo

2 comentarios:

isabel dijo...

que tal un poco mas? cada ves que los leo me quedo con hambre de MAS!

Mario Licón Cabrera dijo...

Watch out be careful warning be aware we'l be there soon again for your starvation mean while eat your finger-nails