martes, 20 de enero de 2009

La balada del Caballo Loco


Mario Licón Cabrera

Las cosas –la vida- cambian
De tanto en tanto.
En el portal de ‘La Vencedora’
El vacío es una sombra
Pisoteada por ecos.

Un día, de pronto
Nadie habla más
De Hendrix-Marley-Morrison
Como se habla de los viejos amigos.

De una noche a la fecha
Ya nadie lanza aullidos ginsbergianos
Por los callejones tepoztecos,
“I saw the best minds of my generation
getting down…”

De unas ‘vickis’ a un ‘machoprieto’
Nadie se arrastra más por el cielo
Con esa mueca de ángel sucio
“Quien esté culpa de piedra que libre
su primera lance…”

“Like a rolling stone-the answer my fiend-I’ve
got no problems…”

De un tiempo a éste
Ya nadie irrumpe en la mentida armonía
De La Luna-Mextrli.
Ya nadie irrumpe vocifernte, haciendo pública
Su miseria

“La muerte agradecia del suicidado de la sociedad”.
Viejo amigo chiricahua:
El rumor es como la peste.

Para Raúl Saavedra
Tepoztlán / 1989
Este poema cumple éste año su veinte aniversario y 19 de haber sido publicado. Es parte de la plaquette NOSTOS EN EL UMBRAL, publicada por PRAXIS/DOSFILOS y la Universidad de Zacaatecas. Lo escribí en Tepoztán, Morelos un día después de que mí amigo de parrandas largas y otras correrías, Raúl Saavedra me llamó desde Hermosilo, Sonora para darme la nada agradable notícia de que nuestro querido amigocho Eduardo “el lalín” Romero había fallecido y lo estaban 'cafeséando' en tal funeraria. Yo no le dije al Caballo que, por otro lado, algunas ‘lenguas manchadas’ andaban pregonando que él, Raúl, había muerto hacía unos días en el norte a causa del Sida. El rumor se había propagado por el pueblo y muchos lo daban por hecho. Raúl murió un par –o dos- de años después, en el norte y no de muerte natural, pero ese es otro Corrido.
Ahora -en sus veinte- dedico esta balada a queridas ausentes Jose-Fá Rojas y Pina saucedo, que fueron amigas y algo más del caballero.

4 comentarios:

Pina dijo...

¡el Peluchas!!!

Gracias, mariolico por pasearlo este miércoles tan temprano, un día después de que un negro entró al Imperio, y dos después del bicentenario de Poe, quien tal vez ahora ande de camarada del tremendo Caballo Loco.

Abrazos virtuales a manera de mojito con mucha hierba buena de la más buena.

Mario Licón Cabrera dijo...

querida Pina, no sólo del brzzo de POE, también de Artaud-Rimbaud-Morrison & Co.

abrazos y gracias por ese MOJITO, me cayó de maravillas, tía, con este calorón de mierda que está haciedno...

elmariopues

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Somos un cúmulo inmenso de recuerdos, que llevamos a cuestas, unas veces nos pesan demasiado, y descargamos aquellos que no deseamos llevar porque suponen un lastre enorme, otros parece que no pesan que hasta nos ayudan a caminar.
Desde el otro extremo de la tierra y gracias al milagro de internet...te puedo enviar un fuerte abrazo....azpeitia

jose fá dijo...

"Qué año sería, el 69 del siglo pasado? Tal vez. Mientras el país, mi hermana, otras niñas y yo jugábamos a la escuelita, con la seriedad con la que los niños juegan, sentada como alumna aplicada en un cajón de madera en el corral de mi casa, sentí que me miraban fijamente. Volteé y vi primero el cabello rubio de un niño que apenas alcanzaba a asomarse por encima del cerco trasero. Me cerró un ojo. Me espanté tanto que dejé el juego tirado. De allí en adelante ese niño me espantó durante todos los periodos vacacionales en los que llegaba de visita con los vecinos, sus tíos.

En los setenta, a finales de esa década, hubo en Cananea una discoteca, la primera de este pueblo, se llamaba “Crazy Horse”. Allí, el niño que diez años antes era pequeñito y yo que en ese entonces jugaba más que antes, bailamos… No rompas mi corazón

1994. Fila larguísima mientras veíamos las nubes que más que presagiar amenazaban con derramar su lluvia sobre las elecciones. Y lo hicieron. Qué votación más inútil, salieron a tirar su voto adentro de las urnas personas que nunca antes lo hicieron… allí, cuando el diluvio anunciado llegó, todos o los que pudimos, corrimos hacia un sitio para escampar… la tía de aquel niño me contó, me dijo llorando: anoche a Raúl lo golpearon, está muy grave. Llamé a Hermosillo. Creo a Pina, le dije visítalo, no sé, el tiempo nos lleva a inventar, casi ni estoy segura de los sustos, los bailes, los besos, las pláticas, las cartas que me envió, las que yo le envié, las fotos, su rostro cuando fue niño. Estoy cierta de que se murió. Oh, sí. Se murió.

Pinches elecciones tristes, es todo cuanto de ellas recuerdo. Inútiles, llenas de agua corriendo como pocas veces por las calles y la triste, lamentable y dolorosa muerte del Raúl, “Caballo loco” para siempre.

La tristeza está aquí otra vez."

escrito un julio seis año de elecciones también...

sí, amiga y algo más de aquel caballero... jajaja

Un abrazo lleno de lluviecita cananense