martes, 27 de enero de 2009

MEMORIA BREVE


Aquí estamos, en primer plano: José Juan Cantúa, en el centro Julio Tánorí y a la izquierda un servidor.

El lugar es El pluma blanca, cantina que a traves ya de algunas décadas ha sido escenario de la cotidianidad de músicos, pintores, poetas y dos que tres putos y pirujas y demás habitants del cuadrante de la soledad hermosillense.

El tiempo es una agradable tarde de diciembre de 199 1. Una tertulia de tres amigos envueltos por una densa nube de humo de cigarros y el reincidente llenaar de vasos con cerveza helada en hielo. Hablábamos –de seguro- de la poesía, pero también de muchas otras cosas aguijoneadas por cábulas y dos que tres desmanes y desdenes y risas más altas que el continuo y altissimo trajine.

Esa fue de las úlitms veces –sino la última- que yo hablé y reí con Abigael Bohórqeuz. Yo me regresé al D.F. al final de ese diciembre y regresé a hermosillo diez años después. Abigael ya se había ido para siempre, dejando dejando detás de él una estela luninosa.

La foto la tomó Joel Verdugo.

5 comentarios:

Navajazz dijo...

Para documentar la memoria: el del centro no es Julio Ernesto Tánori. Es un trabajador de la Universidad que simplemente escuchaba la conversación, sin intervenir, calladito, por el brillante debate que sosteníamos en ese momento, que no era de Joyce, por cierto, sino de Lucía, la hija de Joyce, y la relación de ella con el secretario particular de Joyce, otro escritor, Becket. Ella murió finalmente en un manicomio, musa de su padre de una manera peculiar, el origen de Finnegans Wake, la absoluta novela imposible, escrita en varios idiomas intercalados y con una sintaxis retorcida, fue el resplandor de la supernova que estalló en el cerebro de Joyce. Beckett la dejó para el arrastre (es decir, la arrastró para rescatarla de sí misma y que no estorbara en la tarea de su padre)y el hijo de Freud, pintor, fue amigo íntimo de ella y actuó como su protector, de tal modo que idearon bastantes proyectos conjuntamnete ¿Qué modalidad de musa fue para su padre? No lo sé, pero la esquizofrenia es cabrona, me dijo un amigo al que apodan El Polacas.
Beckett después eligió hundirse lentamente en el pantano del mutismo hasta la culminación de sus montajes, el penúltimo, en donde el fondo escenográfico era una gran boca que de vez en cuando pronunciaba la palabra "NO". Prácticamente a eso redujo el lenguaje.
Años antes leí una serie de entrevistas que Fernando de Ita le hiciera a Samuel Beckett, retirado, bajo engaño, con la personalidad de un colega mexicano que quería unos consejos. De Ita las publicó en el diario unomásuno y aún reuerdo el titular: "Estoy porque exploten las bombas, sólo espero que sean suficientes para que acaben con todo: Beckett".
Finalmente, el tipo de en medio que aparece en la foto, sólo quería un cigarro y un vasito de cheve. "Búscale, búscale, guey".
Y desde la barra se escuchaban las carcajadas de El Polacas.
El silencio de Beckett es más agudo que el filo de la espada de un samurai.
La memoria tiene más filos, aún.
Cheers!

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Bella fotografía y hermoso homenaje a la amistad, que superará siempre al amor...un abrazo de azpeitia

jose fá dijo...

Sí, ya decía yo quel Tánori no podía haber cambiado tanto

José Juan, qué lindo cuentas, platicas y recuerdas. Un abrazo

Para ti otro, Mario, que te acerque

Mario Licón Cabrera dijo...

1-
Gracias, enormísimo ché-Juan-navajazzzzz!
Ahora recuerdo que yo te vendí esa edición que tienes de obras de teatro corto del enormísimo Beckett Samuel, y si mal no recuerdo la portada –que es dorada- tiene esa boca, de la que tu hablas, en el centro.
Lucía fue paciente de G.C.Jung, quien (leí en algún lado) –después de leer el enormísimo ULYSSES- dictaminó que también el enormísimo y mismito e inigulable Jimmy Joyce era ezquizo, sólo que éste ‘navegaba’ por las turbulentas agues del terrífico mal, mientras la pobre Lucía se hundía irremediablemente.

La priemra cita amorosa de Joyce y Nora Barnacle (madre de Giorgio y de Lucía, y única esposa del escirtor y bohémio) fue en el Finn’s Hotel. No sé –hasta ahorita- sí éste sitio está relaciionado con Finnegans wake, puesto que dicen los especialistas que ‘la retorcida sintaxis del título significa: Finn wakes again, también: Finn’s resurrection.

Cheers!

2-
Así es azpeitia, la foto es bellamente evocative.
No siempre la amistad es superior al amor, pero se dan casos.

Recibe un fuerte abrazo y salud con Torres diez.

3-
Querida Jose-Fá de las nieves y del cobre: me hiciste recordar esas deliciosas mañanas cuando -en ruta al pluma blanca- me detenía un buen rato para platicar con el José Juan y dejarme llevar a ciegas por el gozo de una hilaridad iluminada por la docta voz del amigo-poeta-diseñador y gran editor.

Abrazos con aladas añoranzas.

Pina dijo...

Qué tiempos, Mario-Lico!
Yo recuerdio claramente esa lectura que ofreciste en el auditorio de la SSH allí, a espalda del correo (más bien, a espaldas de la entonces BancaCremi).
Y sí, también me dije... ¿cuál Bestiaamarga? éste se ve muy delgado y el Julio ha conservado esa complexión al menos desde entonces... no sé antes.

Por cierto, José Juan: ayer te vi por la tarde-noche con Flavia, saliendo del Armida en Guaymas. ¿Eras tú, o algún doble de ambos?

abrazos pa todos
y ...
Prost!