miércoles, 14 de enero de 2009

PECES



El pez erizo-bastón y el pez cabeza-de-flor
disecándose sobre el seco pasto al furioso filo
del sol de mediodía a mediados de un enero
que apenas camina a lo ancho-corto-largo de Charles
Street en Marrickville (no tan lejos no tan cerca
del mar ahí donde la vida-víbora-vidalita es maás sabrosona).


Foto. M.L.C.

2 comentarios:

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Luego está el pez retranca, el pez jorobado, el pez tuerto, el pez envidioso....y todos acaban secandose al sol cubiertos de sal para los aperitivos de cerveza y vino....algunos se salvan porque son devueltos al mar donde después aparecen ahogados....azpeitia

Mario Licón Cabrera dijo...

así es, azpeitia, luego están las sirenas-señoritas,pero esas mejor que ni se ahogen ni se queden secas –todo lo contrario-, aaah! que son con un ‘bloody-mary doble de vodka absolute! aunque dejen la cama llena de escamas!

un abraqzo
elpezmario