lunes, 26 de enero de 2009

UN TEXTO DE Olavo Jurier


Hey Mario recibi tu email, y lo estuve leyendo hoy todo el dia. Muy bueno, necesario. Te agradesco mucho. Luego te mando detalles del gig en Bondi beach. Se trata del opening (de pintura) de un tal Miguel... (salvatrucha,) el sabado 7 de febero en Bondi Pavillion. Por cuestiones de trabajo, yo estoy llegando a las 5 o 6. Tocamos mas o menos a esa hora. Invite a la Koreanita: Eun Ha, asi espero la entretengas con tus poeticas maneras mientras tocamos. Creo, puedes invitar a tus amistades, en especial Karen. Cualquier otra informacion yo te aviso luego. Y ya para aburrirte completamente te mando una ultima cosa que escribi el ano pasado y solo revise ahora, a manera de completar.
Nos vemos mas al raton para las respectivas... Cheerrrrssss! Estoy bien pedernal.

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Nocturno
Olavo Jurier


Se puede advertir de las infinitas noches del insomnio lo denso de su paso, la dudosa vigilia de sus horas oscuras que dedicara a dormir si pudiera después de todo. Esta noche, si no fuera por esa manía de rascador que maliciosamente repite no se que celo, buscaría algún modo de acallar su inconforme terquedad con un golpe de mano. De igual manera acabaría con la complicidad de mosquitos, aullidos de perros, tremor de cometas, temblores de tierra, fantasmas disformes, y circulares vicios de la vergüenza.
Sospecho que esa monotonía obedece a otros ruidos no menos persistentes pero aburridos ejemplos de las discordias: sierra aserrando, serrucho cortando. O en la distancia: piedras rodando, motor encendido, aeroplano explanando – aunque inútil es volar, pues ¿donde aterrizar? Creo, además, que por si mismo no tiene intención de definirse mas bien de conseguir auxilio con su prolongación.
También sin confianza encuentro que el ronroneo del abejón zumbando, zumbando y zumbando, tenga que ver con el empecinado grillo ronco chirriando, chirriando, resonando.
Explicación sobre el avión, la sierra, las piedras, no hay. Como tampoco de las quejas, ahogos, carraspeos, respiraciones, jadeos, ruidos que quién sabe de que ondas, señales, o incumbencias salen.
Abrir los ojos inspirándose vago alrededor, sin color, como detrás de algo. En una oscuridad que apenas distingue continua luz ni fe. Entre ver e imaginar, calcular e inventar. A la vez me pregunto si alguien que por allí escondido, en el rincón donde el ruido se hace cada vez más fuerte, quiere de esa manera ser notado y deducido; cuando ya sabemos a que juego se somete, a que distancia pertenece, y a que sombra teme.
Desconozco el lugar donde estoy. Aparte, no se si gravito de pequeñez o sueño miniaturas. ¿Más, quién duerme con ese motor encendido, ese moscarrón monótono cruzando de lado a lado las paredes? Y para cuando haya examinado la habitación, la inexplicable sensación de perdido: volar llanos, cortar maderas, zumbar oídos, acarrear piedras, estaré sin duda en la mitad del desvanecimiento que ya es bastante si fuera agravar de incertidumbre.
Cierro los ojos estimulando facultades y membranas. Abrirlos a fin de juicios visionarios, de ambiciones discretamente reveladas; sometido al mismo empeño en que me he visto antes, detrás de algo. Detrás del frío que injustamente se ha colado como un malhechor. O de su calor de vengador que me precipita al abismo de algún continente. Me pregunto sin envidia de los que duermen en este momento ¿Que trato ocultan los fantasmas del retorno? ¿Quién no se envicia si es gratuita la demostración? ¿Sin encontrar fin a los cabos ni medios a la noche?
Espero – al amparo de un milagro – que su recurrente incomodidad llegue al cansancio, a la urgencia de dormir. No obstante, que alguien asierre, zumbe, funda motores, jale piedras, ronque; y escape todavía…



Sydney, Noviembre 2008.

2 comentarios:

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Fantástico monólogo de hastío, soledad, aburrimiento...componentes todos de esa siesta entorpecida...enhorabuena por tu blog....azpeitia

isabel dijo...

casi diria que el autor es su monologo...
siesta convertida en humano que trata de salirse con manotazos de literatura....